Bilbao, 1, 2 y 3 de abril de 2004.
Conclusiones
Los cerca de 700 profesionales de enfermería de salud mental congregados en el Palacio Euskalduna, al amparo de dicho Congreso, debatieron y participaron muy activamente en las actividades científicas propuestas. Tras las cuales, el Comité Científico elaboró las siguientes Conclusiones:
- La historia de la Enfermería nos ha ilustrado sobre cómo el saber enfermero logra abrirse camino entre las distintas ciencias. Así se constata que, en unas ocasiones, surge de la experiencia reflexivamente vivida -como es el caso de muchos modelos de Enfermería de origen anglosajón- y, en otras, de la transferencia de conocimiento de otras disciplinas, de la investigación enfermera o bien de la práctica de los “reformadores” a partir de un posicionamiento crítico y constructivo.
La Enfermería de Salud Mental no nace como saber empírico, sino como praxis y como reacción contestataria contra situaciones de desigualdad e indignidad humana.
- La evolución de la formación en Enfermería de Salud Mental se ha visto influenciada por los siguientes factores:
- Cambios en la orientación de los distintos planes de estudios.
- Cambios desde el modelo biomédico hacia un nuevo enfoque global de la atención (biopsicosocial).
- Supresión en un momento determinado de las especialidades existentes (con la aparición del R.D. 992/1987, de julio) con el objeto de replantearlas, produciéndose durante 11 años (hasta julio de 1998, en que se pone en marcha la especialidad de Enfermería de Salud Mental) un vacío muy importante de formación de especialistas.
- Aplicación del método científico, con su incorporación a la práctica a través del “Proceso de Atención de Enfermería”.
- Con la integración del Sistema Universitario español en el Espacio Europeo de Enseñanza Superior, es necesario reordenar la denominación y los contenidos de las materias del currículo básico de Enfermería y, por ende, de las asignaturas de Enfermería de Salud Mental y Enfermería Psicosocial.
- Cambios y reordenación de la red de atención a la salud mental y el aumento de la demanda de enfermeros especializados en salud mental.
- Importancia creciente de los aspectos psicosociales y sociosanitarios de los trastornos mentales.
- Se considera que los modelos de Enfermería siguen siendo vigentes y necesarios para enmarcar las investigaciones que se realicen en el ámbito de los cuidados.
En los albores del siglo XXI se está produciendo un aumento de las alteraciones mentales y la aparición de nuevos trastornos de gran complejidad, lo cual hace previsible la necesidad de validar en la práctica los modelos enfermeros más útiles en los distintos contextos de cuidados, además de validar los supuestos en los que se basan.
Es ya el momento de desmarcarse de ciertas disciplinas y construir un conocimiento propio.
- Las labores de enfermería, como las de cualquier otro profesional de la salud, exigen una mirada de frente dirigida hacia los pacientes y las familias, pero también una mirada lateral dirigida hacia el resto del equipo interdisciplinar de salud.
- Actualmente, la acción enfermera puede ser desarrollada, entre otras, desde las siguientes perspectivas:
à Desde la Enfermería Basada en Evidencias cuyas bases conceptuales son la investigación (Evidencia Externa), la experiencia (Evidencia Interna), las preferencias de los pacientes y los recursos disponibles.
Algunas de las claves para su desarrollo son:
- Aprender a dudar.
- Aprender a buscar respuestas.
- Aprender a usar respuestas.
- Aprender a evaluar ese uso.
- Aprender a implicarse y a tomar decisiones independientes.
à Desde el enfoque de los Procesos Asistenciales Integrados, entendidos como conjuntos de actividades de los proveedores de la atención sanitaria, que tienen como finalidad incrementar el nivel de salud y el grado de satisfacción de la población que recibe los servicios.
- Se detecta que sigue existiendo la dificultad el registrar y justificar aquellas actividades que tienen que ver con la relación de ayuda (apoyo, comprensión, escucha activa, acompañamiento, etc.); es decir, con el cuidado más personal, cercano y cálido que, en definitiva, es fundamental en el ámbito específico de la Enfermería de Salud Mental. O sea, la clásica encrucijada entre lo técnico y lo humanístico en que se ven implicados los profesionales de enfermería .
En las clasificaciones NANDA, NIC y NOC se hace un esfuerzo por contemplar parte de estos aspectos, siendo además útiles, entre otras cuestiones, para:
o Dejar constancia de nuestro trabajo, mejorar los registros, revisar las evidencias.
o Facilitar la gestión de cuidados.
o Permitir individualizar los planes de cuidados estándar.
o Dar apoyo a la toma de decisiones.
o Ayudar a crear normas para la práctica.
o Contribuir a crear un fondo de datos para la investigación.
- Independientemente del marco de acción, el establecimiento de una relación terapéutica adecuada es uno de los pilares fundamentales en los cuidados de salud mental, dado que los protagonistas del proceso terapéutico son: la persona que necesita ayuda y la persona que aporta la ayuda. En este contexto, es necesario que se produzca un encuentro entre las dos realidades, para lo cual no hay que olvidar que el significado no está en las palabras sino en las personas, que la evidencia es personal y que hablando de lo mismo no siempre hablamos lo mismo.
- Actualmente, nos encontramos en una situación de crisis -sobre todo en lo social-, entendida como un momento de grandes posibilidades de mejora y crecimiento. Y dependiendo del grado de compromiso que los profesionales quieran asumir, la Enfermería de Salud Mental seguirá en la vanguardia o perderá el liderazgo que durante muchas décadas ha mantenido.