Ana García Laborda

  ANA GARCIA LABORDA

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Homenaje que hace la Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental.

 

9º Encuentro: Foro Enfermeras de Salud Mental de la Comunidad de Madrid / ANESM

a la socia:

Dª. Ana García Laborda.

Reconocimiento por su trayectoria profesional como Enfermera

Y entrega de la Cruz de Enfermería al Mérito Colegial.

Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

9 de Octubre de 2013

 

 

Palabras de Francisco Megías-Lizancos

Miembro de la Junta Directiva de la ANESM

–            Señora Secretaria del Colegio de Enfermería de Madrid.

 

–            Señora Vicepresidenta de la ANESM.

 

–            Señor D. Carlos Rodríguez, compañero de la homenajeada.

 

–            Señores miembros de la Junta Directiva de la ANESM.

 

–            Señor Delegado de la ANESM en las Islas Canarias.

 

–            Señora Coordinadora de Enfermería de la Oficina Regional de Salud Mental.

 

–            Señores socios y socias.

 

–            Señores y señoras.

 

–            Dª. Ana García Laborda, estimada compañera socia y muy querida amiga.

 

Nos encontramos aquí, señoras y señores, en la sede del Colegio de Enfermería de Madrid para homenajear a una enfermera ejemplar desde el punto de vista profesional y humano, Ana García.

Me encarga la Junta Directiva de la ANESM que dirija unas palabras a nuestra homenajeada. Intentaré hacerlo de la mejor manera que sé.

Loar la vida profesional de esta enfermera es fácil ya que lleva trabajando más de 30 años jalonados de bienhacer, dedicados a las personas con problemas de salud y principalmente con problemas de salud mental y sus familias.

Cuando en el entorno de la celebración del 30 Aniversario de nuestra Asociación se propuso, entre otros, el homenaje de reconocimiento a Ana García por su trayectoria profesional, acordamos hacerlo en Madrid en el espacio de este 9º Encuentro que estamos celebrando.

¡Albricias! señoras y señores, ¡Aleluya!

La Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental y el Foro Enfermeras de Salud Mental de la Comunidad de Madrid / ANESM se visten de gala y reciben a esta mujer que destaca por su dedicación constante, por su presencia estimuladora, por su capacidad de entender las distintas circunstancias de la vida y su capacidad de aportar para mejorar situaciones, para paliar dificultades y para crear a futuro, siempre en bien de las personas.

Para hablar de Ana García es obligado tener la capacidad de síntesis que requiere su vasta biografía desde el punto de vista cuantitativo, y mucho más compleja y rica desde una perspectiva cualitativa. Les confesaré que no es ésta una de mis cualidades, la capacidad de síntesis.

Permítanme que les recuerde que conocí a nuestra homenajeada en el en el año de 1986 y desde los primeros momentos entendí que estaba ante una mujer inquieta, muy profesional, con planteamientos utópicos en cuanto que aspira a la perfección en la praxis. Esto lo he podido confirmar a lo largo de más de 30 años vividos cercanos a ella.

Se sintió vocacionada por la Salud Mental de manera muy temprana, estudiando Enfermería en la Escuela de Enfermería de Vigo. Más tarde haría la Especialidad de Psiquiatría en Madrid.

Ana García ha estado comprometida con los cuidados a los enfermos mentales desde los primeros momentos de la Reforma Psiquiátrica en España, lo que le ha permitido estar en las trincheras de la fuerte lucha que ha sido la vida profesional de las enfermeras de esta generación que hubieron de sufrir distintos cambios en el currículum profesional y una adaptación en el tajo, la mayoría de las veces traumática, porque habían de enfrenarse con una perspectiva de mujer y enfermera a los gerifaltes, ora como padres, ora como sabios, ora como esposos… pero la mujer siempre en segundo plano, reconociéndola como profesional cualificado al servicio de las órdenes de su maestro, por supuesto el médico.

Pero Ana García siempre se ha negado a ello; su aspiración siempre es cuidados enfermeros entendiendo la Enfermería como disciplina autónoma, atenta a las necesidades de cuidados de las personas y de los grupos sociales, y que debe estar comprometida con el ser humano de manera permanente y que bebe de las fuentes del humanismo.

En ocasiones, con su corazón pugnando en íntima rebeldía y entendiendo que debía hacer lo contrario de lo que los responsables proponían, sólo ha cedido si de su actitud puntual podía haber daño a terceros. Y ello, para que enseguida que fuese posible, retomar nuevamente la lucha.

Ha estado siempre comprometida con los cambios que se han ido iniciando en la sociedad, no permitiéndose estar al margen de los mismos o a la espera de decisiones de otros, sino que ha aportado sin miedos y sin sensación de inferioridad un gran potencial humano y de conocimientos indispensables para lograr metas en la vida.

Dª. Ana García ha estado siempre en primera línea profesional. Todo ello tiene que ver con el compromiso, entendido como obligación contraída de manera contractual con las personas y los grupos sociales; es un compromiso que emana del propio juramento profesional nightinginiano.

Ha trabajado en varios hospitales, iniciándose en el antiguo hospital Francisco Franco, hoy Hospital Universitario Gregorio Marañón; para después trasladarse a Galicia y trabajar en el Hospital Regullón y más tarde, en la Unidad de Salud Mental de Orense. Posteriormente volvería a Madrid, iniciando sus estudios de sociología e incorporándose a la Unidad de Salud Mental de Parla.

En el campo de la docencia tiene una larga trayectoria de vinculación a varias universidades, además de que imparte cursos habitualmente. Ha dirigido varias investigaciones y es también autora de distintas ponencias, destacándose su actividad como escritora en varias obras.

Me gustaría señalar que es miembro de la Comisión Nacional de Especialidades de Enfermería de Salud Mental y delegada de la ANESM en la Comunidad de Madrid.

Ana García una vez escribió que en su curso vital profesional ha habido tres hombres fundamentales: un psiquiatra, un enfermero y un antropólogo.

Y ella decía: “Francisco Megías ha sido el enfermero que, desde que en el año 1986 nos conocimos en un curso en el Ministerio de Sanidad, me introdujo en la vida asociativa de la enfermería en Salud Mental, me facilitó cursos a su lado, me hizo ver que si era una iluminada no era la única, me brindó su amistad, intentó que compartiera docencia en la Universidad, luchó conmigo por otra manera de entender la enfermería”.

Pues yo te he decir, querida Ana, que a lo largo de mi vida profesional he conocido a muchos profesionales de enfermería con serias dificultades para definirse profesionalmente y para nombrarse. Contigo esta dificultad siempre estuvo resuelta. Igualmente te digo que he observado en ti fehacientemente que tu compromiso, puesto de manifiesto en todos los ámbitos de la profesión desde hace décadas, ha contribuido sobremanera a la configuración actual del perfil profesional de la enfermera de salud mental, esto es, marcar la besana a seguir por los profesionales enfermeros de Salud Mental.

Hemos hablado muchas veces del compromiso como solidaridad, acercamiento a las personas y constancia. La constancia entendida como el estar, y el estar siempre, en las necesidades, en la ayuda y en definitiva, en el apoyo mutuo.

Quiero ir terminando mi intervención parafraseando el anónimo de 1.693 de la Iglesia de Saint Paul del Baltimore.

Andas plácidamente entre el ruido y la prisa, y nos recuerdas que paz puede haber en el silencio. Vives en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedes sin rendirte. Dices tu verdad, tranquila y claramente; escuchas a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; y nos has enseñado que ellos también tienen su historia.

Evitas las personas ruidosas y agresivas, sin vejaciones al espíritu. No te comparas con otros evitando ser vanidosos y amargos, sabiendo que siempre habrá personas mas grandes y mas pequeñas que uno mismo. Sabes disfrutar de tus logros y de tus planes. Has mantenido el interés en tu propia carrera, es una verdadera posesión en nuestro tiempo. A pesar de las trampas del mundo no te has cegado a la virtud que pueda existir, has luchado por tus ideales con una vida llena de heroísmo.

Eres siempre tú misma, no finges afectos y sabes que frente a toda aridez y desencanto el amor es perenne como la hierba. Sabes recoger mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de la juventud. Nutres tu fuerza espiritual, sin angustiarte con fantasías. Eres amable también contigo mismo, como criatura del universo, no menos que los arboles y las estrellas, sabiendo de tu derecho a estar ahí porque el universo se desenvuelve como debe.

Estas en paz con vuestros dioses de la manera que los entiendes. Mantienes paz en tu interior a pesar de ruidosas confusiones.  Nos has enseñado que con todas tus farsas, trabajos y sueños raros, este sigue siendo un mundo hermoso, has tenido mucho cuidado en ser y hacernos felices.

Para finalizar, querida Ana, te dedico un verso de Celso Emilio Ferreiro:

“Ti e máis eu”, de Celso Emilio Ferreiro 

(Non falemos dos bobos
que tódolo adeprenden nos libros.
Non falemos dos parvos
con cara de domingo;
nin dos sapientes memos,
nin dos túzaros listos,
nin do eterno mal gusto
dos probes novos ricos).

Falemos de tí e min
xa que vivimos.

Tí i eu nos ventos
e nos solsticios.

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