XVIII CONGRESO NACIONAL DE ENFERMERIA EN SALUD MENTAL

“Gestionando los cuidados en Salud Mental”

Girona: 2001

 

1.- Es imprescindible partir de un modelo conceptual de enfermería para una adecuada gestión de cuidados. A partir de él se desarrollará una valoración, se marcarán objetivos que puedan ser medibles, se planificarán cuidados y se terminará el proceso con una evaluación. Dicha evaluación nos permitirá velar por una mejora continua en la actividad profesional.

Entre las nuevas alternativas planteadas para la gestión de cuidados, destacamos la enfermería basada en la evidencia y las trayectorias clínicas.

A este nivel será posible definir las llamadas carteras de servicio enfermeras, como aquellas acciones cuidadoras posibles, basadas en tres fases:

 

1.1.    Definición de estándares.

1.2.    Dossier de registros enfermeros.

1.3.    Planes de cuidados y evaluación de resultados.

 

2.- Es necesario tener muy presente que los profesionales de enfermería son el activo más importante de las organizaciones, que a través de su conocimiento unido con la tecnología y los avances científicos van a dar lugar a cambios importantes en la gestión de cuidados.

3.- Las herramientas informáticas se destacan como un elemento facilitador e innovador en la mejora de calidad, pero sin olvidar que la esencia de nuestro quehacer es el contacto directo y la relación de ayuda individualizada.

4.- En las áreas de atención infanto-juvenil y geronto-psiquiátrica, se concluyen los siguientes aspectos:

4.1. Es necesaria una mayor participación de enfermería en estos equipos multidisciplinares.

4.2.    La aportación de los profesionales de enfermería en psicogeriatría está mejorando la calidad de vida del propio paciente y de su familia.

5.- Ante el reto de las nuevas demandas sociales, enfermería plantea una respuesta enfocada a diversas situaciones como:

5.1.    La adherencia al tratamiento en problemas específicos como VIH en instituciones penitenciarias.

5.2.    Violencia familiar

5.3.    Programa específico para profesionales con patología.

6.- Cabe destacar insistencia de las familias en recordar la necesidad de un mayor compromiso por parte de la administración, para no dejar la responsabilidad del cuidado de los enfermos en manos de los cuidadores principales.

7.- En cuanto a la formación de pre-grado de enfermería en salud mental y psiquiátrica, se plantea una incoherencia entre la realidad social de los trastornos mentales y el plan de estudios del BOE, que por una parte manifiesta la necesidad de una formación bio-psico-social, pero por otra parte, solo aporta un 6% de la formación a la perspectiva psicosocial. Se demanda la elaboración de un plan estratégico de reforma de la asignatura, que sea coherente con la disciplina y la demanda social.

8.- En cuanto a la formación especializada, está aportando una mejora de la calidad de cuidados, tanto desde una perspectiva de los especialistas formados, como de las unidades docentes.

La formación de los especialistas genera una corriente de aire renovador, y que bajo la tutela de los profesionales docentes se incrementa la calidad de los cuidados.

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